Ha pasado poco tiempo o mucho, según se mire, la mirada del
tiempo es relativa.
Hace unos días aún hubiera escrito una sandez del tipo: “…te
querré toda la vida...”
Ahora, con el paso de los días, visto lo visto y
relativizando los acontecimientos, pasados y presentes, sabiendo cómo estás aprovechando
tu recién estrenada ‘libertad’, no voy a escribirlo, ni siquiera a pensarlo.
Los días de amor inconmensurable, desproporcionado, los días de dar sin recibir,
el tiempo de querer toda la vida, se ha terminado.
Yo también estreno ‘libertad’, creo que este punto se te ha
olvidado. No la voy a utilizar a la manera que tu lo estás haciendo. No. Mi
libertad se mide de otra manera, es más cara y más enriquecedora. Es libertad
de pensamiento, libertad interior, libertad de acción... Mi libertad no es
sentirme ‘single’ y buscarme rollos de una noche. Para eso no se necesita
libertad. Pero para eso la querías tú.
Así, te digo y escribo, eres libre y yo “… ya no te querré
toda la vida…”
Muy bien, ésa es la actitud. Con el tiempo todo pasa y se relativiza, y por suerte siempre nos alegramos de que haya pasado lo que haya tenido que pasar, y le encontramos un sentido.
ResponderEliminarEs algo que debemos meternos en la cabeza permanentemente, de modo que cuando empiece la crisis ya sepamos de antemano que está acabado (incluso antes de empezar)
Ánimo mujer...