El azar, el destino o esta memoria mía tan absurda han hecho que encuentre viejos, viejísimos textos míos de hace años.
¿Textos premonitorios o de simple sentido común?
¿Pasado remoto o de rabiosa actualidad?
O simplemente, la crónica de una vida anunciada.
O simplemente, la crónica de una vida anunciada.
Da un poco de miedo asomarse a esa ventana al borde del precipicio...
Invierno 2006
"Viajan en el
mismo vagón de un tren que apenas realiza paradas. Sentados uno al lado del
otro, a veces frente a frente, difícilmente intercambian alguna que otra frase,
la conversación hace tiempo que se les resiente.
Ella ha
intentado bajarse un par de veces, en viejas estaciones, vacías y sucias, mas
él la ha disuadido con sus generosas promesas. Y ella se ha abandonado a sus
bienintencionadas palabras que le auguran un cambio de rumbo, un viaje mejor.
Y vuelve para
sentarse de nuevo a su lado, mientras él recuesta la cabeza en su regazo y ella
agarra su mano firmemente, para darle seguridad, para que sepa que está con él,
que le acompaña en este viaje que juntos iniciaron hace ya largo tiempo.
Sabiéndola a
su lado él descansa tranquilo. Duerme, quizás sueñe, mientras ella mira por la
ventanilla, ausente, imbuida en pensamientos lejanos, fantasías imposibles,
quimeras.
Sabe que las
promesas nunca serán hechos…
Y juntos
seguirán este viaje hasta una próxima estación o hasta que el tiempo se haga
dueño de ellos y se vean obligados a abandonar su vagón."
Me gusta que tus letras vuelvan a soltarse y recibir de ellas el soplo de aire que siempre me han dado.Un besote.
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