domingo, 8 de diciembre de 2013

Cuidar de mi (I)


Para empezar a cuidar de mi he introducido un primer cambio en vida: el deporte.

Hago ejercicio y reconozco que me siento y me sienta bien. 

Largas caminatas, a veces en compañía de mi perro y siempre al son de la música. Mientras camino rápido o hago algún trotecillo (esto vamos poquito a poco) me olvido de mis problemas y se alejan las sumas y restas de mi cabeza. Por ese tiempo se diluyen las facturas, se desdibujan los nubarrones y sólo veo el brillo del sol, los caminos empinados y en la distancia, los picos ya nevados de la lejana sierra. El viento serrano atraviesa mi piel y lejos de incomodarme, adoro la sensación de aire fresco y renovado.

Mi tez está adquiriendo un bonito color, han vuelto a aparecer las pecas en mi rostro, mis piernas se van torneando, ganando en fuerza y flexibilidad.

Lo mejor de todo es la plenitud de todos los sentidos durante ese tiempo que es sólo para mi, porque es exclusivamente mío.









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