Hubo años, muchos, en los que dejé de quererme.
En ese tiempo fue cuando amé con toda la fuerza, con toda la
locura que te da el desamor.
De esa locura sólo obtuve migajas, pequeños pedacitos de una
falsa e irreal felicidad.
En el momento en el que volví a quererme empecé a dejar de
amar.
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