Empieza a ser hora ya de vivir, sentir y pensar con el otro lado del corazón.
Dejar
reposar el lado herido, olvidar, sanar.
Debería
ser tiempo más que suficiente para comenzar a ver la vida con la otra mirada,
la que tenía guardada en el fondo del alma, la que nunca pensé utilizar.
Hoy
marco un fin y un principio. El fin de lo conocido, de mi amor de adolescente,
de mi juventud, de la madurez que quisimos compartir y no pudimos, no supimos
hacerlo.
Y
abro el inicio hacia lo desconocido.
Un
punto y aparte.
Dejar
de oler a caduco, a tristeza vieja, a lágrimas recosidas en el fondo de los
ojos, a penas antiguas.
Hoy
cambio el aroma de mi piel, el color de mi mirada, el tacto de mis manos, el
sabor acre del pasado por el misterioso sabor que me depara el futuro.
Hoy
te acabo.
Hoy
eres principio.
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